9. El temblor y los "héroes"
CHARLIE
Después del interminable castigo que recibí por mi querida y amable compañera Brittany, donde acoto: no fue mi culpa, sentí dolor de manos. Al parecer cuando creas problemas, los únicos castigos que se les ocurre a tu director son tareas de limpieza. Ahora las ventanas de las clases están más que brillantes. Mi acompañante de castigo ni siquiera se volteó a mirarme ni una sola vez, ¿la razón? La desconozco por completo. Imaginaba otros enfrentamientos, pero no pasó nada de eso. De hecho, hubo más silencio del esperado y con suerte las dos horas de castigo extra pasaron casi volando. Mi hermano sólo se reía de mi infortunio, pero lo único que pensaba era que debía gastar dinero en un taxi a casa porque... ¡oh, sorpresa! Soy malísima tomando bus y si no me equivoco de ruta, siempre me duermo en medio camino y y acabo en lugares desconocidos gracias a mi pereza y falta de orientación. Aunque admito que debería salir y hacer más uso del transporte público a p