Tan pronto como terminó de hablar, Rebecca no pudo evitar estallar en llanto. Luego dijo con voz entrecortada: "Estelle, no me mientas. Sé todo".
Al escuchar esto, Estelle quedó atónita. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaba en una sala de hospital desconocida.
Luego se dio cuenta de que no estaba en el hospital donde había tenido la cirugía de pulmón antes, sino en otro hospital.
En este hospital, no había nadie que la ayudara a ocultar su enfermedad a su familia y amigos.
Estelle respiró profundamente y dijo con impotencia: "De repente me siento aliviada. Estaba cansada de ocultar mi enfermedad".
Rebecca apretó fuertemente su mano, se mordió el labio e intentó contener las lágrimas. "No te preocupes, Estelle, estaré contigo. Eres hija única, al igual que yo. A partir de ahora, somos hermanas. Yo soy mayor que tú, así que serás mi hermana menor. Y como tu hermana mayor, cuidaré de ti a partir de ahora".
Estelle no pudo evitar reír y bromeó: "¿Eres mi hermana mayor? Está b