Después de que Rosa realizó esas llamadas regresó a la mesa donde estaba aprendiendo a maquillarme y traía una enorme sonrisa de satisfacción.
―¿Y bien? ¿Quién es la mejor? Te dije que podías confiar en mí… —alardeó Rosa, acercándose a nosotras.―¿Lo lograste? —preguntó Vanya.―¡Ajá! ¡Sin duda! De hecho, Rachel… Oficialmente ya eres la nueva empleada de la cafetería del hospital. Mañana empiezas. Esta tarde tienes que ir a dejar tus papeles y entrevistarte con el gerente, Gerald… Es un gran tipo, te tratará bien… —admitió Rosa.―¡Oh! Yo no podré acompañarte Rachel, porque pronto tengo que ir a abrir mi salón… ¿A qué hora llega Christopher ? —me preguntó Vanya.―No te preocupes Vanya, yo y su galán la acompañamos y luego regresamos para comer con Christopher , me dijo que regresa alrededor de las tres… —respondió Rosa.―¡Vaya! ¡Hoy sí que estás de acometida! ¡Me sorprendes! —se asombró Vanya, pero con ironía y sarcasmo evidentes.―Así soy yo, Vanya. Una mu