Revelaciones.
Capítulo XXI
En ese momento un cantar de pájaros anuncio que esa sería la verdad, un nuevo hijo, traería nuevamente la felicidad a Diego y a ella.
Por lo pronto olvido la señal, comenzó a planificar su día.
-Saldré temprano para comenzar el trabajo.
A la salida ya estaba Diego esperándola para ir a desayunar juntos, lo hicimos y nos encontramos con el grupo, también allí estaban el párroco, el intendente y algunos habitantes que trabajarían en la construcción.
Inmediatamente, se pusieron manos a la obra, fueron asignadas las funciones y cada uno se dedicó a su trabajo. Diego y yo trabajamos arduamente, planificando, le mostré los planos que había elaborado y los que tenían en la comunidad.
Realizo algunos cambios estructurales y luego los fue mostrando al párroco y al intendente, quedaron satisfechos y al siguiente día comenzarían las labores.
Pasaron los días en constante trabajo. Los días amanecían esplendorosos, al mediodía el calor era sofocado por las sombras de los frondosos