Jenny me guiñó un ojo cuando pasé junto a ella, parecía tener esa sonrisa traviesa que siempre tiene cuando hace comentarios atrevidos, sin embargo, no me dijo nada, a lo mejor estaba feliz de que el maquillaje hubiera funcionado.
Llegamos a una parte que eran resguardadas por guardias, al ver a Keller, se apartaron a un lado y le dieron un saludo, sin embargo, Keller no respondió y comenzó a subir las escaleras sin dejar de sostener mi mano, aferrándome como si fuera algo muy preciado para él o por lo menos así lo sentía yo.
Quería que fuera así.
En la parte de arriba había varias habitaciones, vaya, esta casa era enorme. Llegamos a una puerta blanca con un letrero dorado que decía: «No entrar».
-¿A Peligro no le importará que estemos aquí? –pregunté. No quería que viniera y realmente se