By Any
Así estuvimos hasta que a las 11 de la mañana llegó una chica que era preciosa, ninguna dijo nada.
Cuando salió de la entrevista, ella nos empezó a hablar.
-¿Están para el puesto de recepcionista?
-Sí.
-No se ofendan, pero voy a quedar yo.
Con esas palabras nos cayó mal a todas.
-¿Por qué?
Preguntó Ludmila.
-Conozco a uno de ellos y le dejé mi número de teléfono.
-¿A quién? Porque yo hice lo mismo con uno de ellos.
Le contestó Ludmila, sonriendo y le guiñó un ojo, yo tenía ganas de echarla.
-A Carlos.
-Que casualidad, es el que conozco yo también.
-Sí, pero yo me acosté con él hace unos meses atrás.
-Ok, esperá sentada a que te llamé.
Le contestó Ludmi, con soberbia.
-Me va a llamar.
Le dijo ella de la misma manera.
Justo baja Carlos y la chica se levanta.
-¿Venis a decirme que me contrataste a mí?
Le dijo la chica, tenía mucha altivez, era muy engreída
Ludmila, les sonrió a los dos, no sé cómo hace para estar tan tranquila.
Ni siquiera se paró de la silla, yo no podría actuar