Catalina Abrego de Stuart
Me levanto de mi escritorio para correr a la puerta a toda la velocidad que me permiten mis tacones con mi teléfono en marcación rápida para llamar a Nana Gloria para saber cómo están mis hijos. Siento mi corazón a punto de salir de mi pecho.
-Vamos Nana contesta ¡Dios por qué le toma demasiado tiempo responder -Digo con frustración sin detener mi paso.
-Doctora Stuart, está todo bien. Puedo ayudarle –Me pregunta alarmada mi asistente Maricela.
-Por favor llama a mi casa insiste hasta que te respondan y me transfieres la llamada por favor a mi teléfono voy en camino. Por favor Maricela.
-Como usted diga doctora en este momento me pongo en contacto con alguien de su casa -Dice, la chica claramente alarmada con mi petición.
-Por favor Maricela no dejes de insistir llamaré a mi esposo. Ah por favor averigua quién envío esa correspondencia. Gracias -No, escucho lo último que dice porque ya he salido de la clínica.
Fuera me esperan los guardaespaldas que sie