Vicente Santoro.
Pedro estacionó el vehículo frente al cobertizo, bajé del auto y entré, viendo a todos con la cabeza inclinada hacia mí.
"¿Dónde pusiste al bastardo?" Enrico vino hacia mí.
''Está en el sótano, mi señor.
Paso por su lado y camino con mucha rabia, como este cabrón se atreve a destruir mi casino, quiero saber quién el idiota ordenó esto.
Abrí la puerta con fuerza y lo veo sentado en la silla eléctrica, me hizo sonreír.
"¿Quién eres?" Le pregunté acercándome a él, quien escupió en mi pecho.
''¡¡¡Va para el infierno!!!
''Bueno, me conocen como il diavolo, supongo que estás en mi infierno.
Me quité la chaqueta y se la entregué a Pedro que me había acompañado al interior.
''Así que quiero saber quién te ordenó destruir mi casino y por qué también están vigilando mi casa.
''¡¡No diré nada!!! ¡¡¡Preferiría morir, pero no lo diré!!!
Le doy una fuerte bofetada en la cara.
''Hágase tu voluntad, morirás.
Miré a Enrico, que estaba junto al interruptor de la silla eléctrica.
"¡¡E