-Buenos días- le dijo Ashton a Dante cuanto este se sentó en la mesa de la terraza a desayunar.
-¿Que tal la noche?- quizo saber Ashton.
-Una mierda- se rascó la cabeza Dante
-Que yo recuerde con Nic se pasaba bien- le dio una mordida a su tostada.
-Si, se pasa bien, el problema no fue él, el problema fui yo y esa… ¡esa puñetera mujer que habla más que una matraca!
Ashton por poco se atraganta de tanta risa- pero esa “matraca” como tú le llamas está a millas de distancia, ¿cómo es posible que te haya jodido la noche?
Dante lo miró con cara de pocos amigos.
-Porque después del segundo trago todas se me parecían a ella- dijo entre dientes.
Ashton rió más fuerte si es que eso era posible, Dante estaba enredado hasta el cuello con Helen pero era tan orgulloso que no lo quería reconocer.
-¿Y entonces? ¿Cuál fue la solución a tu dilema?
Dante resopló-terminé llamándola.
-¿Anjá?- quiso Ashton saber más.
-Salí del club y me encerré en el carro, quería escucharla ¡yo! Que siempre quiero que s