El embarazo de Daniela había avanzado sin complicaciones, y la emoción en sus vidas seguía creciendo día a día. Los meses pasaron rápidamente, y Daniela y Paul estaban ansiosos por conocer a su hija. Habían preparado todo con esmero, y el amor que sentían por su futura bebé se reflejaba en cada detalle.
Una mañana, Daniela se despertó sintiendo un ligero malestar. Aunque sabía que era parte del embarazo, decidió llamar a su médico por precaución. Paul, preocupado, insistió en acompañarla a la cita.
— Quiero asegurarme de que todo esté bien contigo y con Sofía —dijo Paul, tomando la mano de Daniela.
En la consulta, el médico realizó una ecografía para verificar el bienestar del bebé. Después de unos momentos de silencio, el médico sonrió y les dio una noticia inesperada.
— Daniela, Paul, tengo una sorpresa para ustedes. Están esperando gemelos.
Daniela y Paul se miraron, sorprendidos y emocionados. Lágrimas de felicidad comenzaron a correr por sus rostros.
— ¿Gemelos? —preguntó Daniela