Mi Hijo Es Suyo Jefe
Mi Hijo Es Suyo Jefe
Por: DaysyEscritora
01 CAPÍTULO

Siento crecer la urgencia por salir de aquí, no quiero ser vista por él, no quiero que descubra quién soy en realidad. Dios mío, me siento atrapada en esta escena. Aún no puedo creer que se trate de él, es increíble que sea Zared. No me lo puedo creer. He pasado la noche con él. ¿Por qué las cosas tienen que ser así? Miro mi muñeca y veo esa pulsera. Quien me la dio está a pocos centímetros de mí. Todo esto parece tan irreal.

Necesito irme de aquí rápidamente, no quiero que se despierte y se dé cuenta de quién soy. Además, todo esto será un desastre... Me siento tan perdida que no encuentro mi ropa. Lo único de lo que estoy segura es de que está en algún lugar de esta habitación.

Me muevo con cautela, tratando de no hacer ruido que lo despierte. Afortunadamente, aún no lo ha hecho, pero no puedo bajar la guardia, ya que en cualquier momento podría abrir los ojos y encontrarme allí. Me muero de vergüenza, el arrepentimiento se adentra en mi cuerpo como una víbora... y sé que lo merezco, porque soy la culpable de todo esto.

No puedo creer que haya sido capaz de hacer esto. No es algo de lo que me sienta orgullosa, de hecho, me avergüenzo profundamente. Me arrepiento de haber caído tan bajo, de acostarme con la primera persona que se cruzó en mi camino, aunque sea alguien a quien conocí hace tanto tiempo.

¿El recuerda quién soy? No creo que me reconozca. Entonces, ¿por qué permitió que esto sucediera? No recuerdo que estuviera borracho.

Pero en este momento, no estoy segura de nada. No puedo recordar con claridad. Lo miro nuevamente antes de empezar a ponerme la ropa que encontré tirada por todas partes. Mientras me visto, sigo vigilando para asegurarme de que no se despierte y me descubra. No quiero que me encuentre.

Sin embargo, eso podría ocurrir en cualquier momento. Sé que Zared podría abrir los ojos y verme allí. No sabría cómo reaccionar, no encontraría las palabras adecuadas para explicarle.

Cuando finalmente estoy lista, sé que debo irme de aquí rápidamente, pero algo me detiene y decido quedarme un poco más para observarlo. Es un hombre realmente apuesto, debo admitirlo. Su atractivo podría ser la perdición de cualquier mujer, incluyéndome.

...

Claramente, al no ser mi casa, me encuentro perdida. Es difícil orientarme en este lugar y encontrar la salida. La casa es enorme y el lujo se ve por todas partes. Puedo ver objetos valiosos en cada paso que doy, pero no tengo tiempo para admirarlos.

Apuesto a que será la última vez que esté aquí. Intentaré no volver a encontrarme con Zared. A partir de ahora, me volveré un poco paranoica, pensando que podré encontrármelo en cualquier lugar de forma repentina. Prefiero creer que todo esto ha sido una simple coincidencia y que no se repetirá en el futuro. Haré todo lo posible para asegurarlo yo misma.

Suspiro profundamente.

"No llores, no llores", me digo a mí misma.

En este momento, el arrepentimiento no deja de crecer. Me siento atrapada en él, después de darme cuenta de que fui yo quien se acercó a él, quien lo besó y le dijo que no se detuviera. Me tapo la boca, sorprendida. Fui yo quien empujó todo esto. ¿Cómo pude ser tan atrevida? Solo fue una versión de mí misma bajo los efectos del alcohol. No me reconozco en esa persona y no quiero volver a ser así.

Siento cómo mi corazón late aceleradamente al recordar cada instante vivido. Me derrumbo en medio del arrepentimiento, pero hay una parte de mí que añora todo lo vivido.

No puedo creerlo. Niego con la cabeza una y otra vez, tratando de sacar esas imágenes de mi mente que me perturban y me sonrojan al mismo tiempo. Mi rostro arde por la intensidad del calor.

¿Por qué tuve que vivir esto? No debí ser tan atrevida. No puedo volver atrás, solo puedo aceptar lo sucedido. Y eso cambia todo.

Absolutamente todo.

***

Sol, mi amiga, está al otro lado de la línea.

Estoy sentada al borde de la cama, escuchando atentamente mientras ella me cuenta lo que está pasando. Su voz quebrada y las lágrimas evidencian su tristeza. No puedo evitar sentirme mal, ya que parecía que su relación con Alexander iba viento en popa. Pero ahora parece que todo se está desmoronando. Tal vez sea solo una crisis pasajera y puedan solucionarlo, o tal vez sea el principio del fin. No lo sé.

Aunque también me siento inestable en este momento, la escucho y la apoyo. Sol mencionó que pensó en mí como una de las primeras personas a quien llamar para desahogarse. Aunque nunca he tenido una relación, creo poder comprender un poco de lo que está pasando. Sin embargo, no sé muy bien cómo puedo ayudarla.

No tengo idea.

"—... Creo que es un imbécil, no debería casarme con él. He estado reflexionando mucho sobre la decisión de unir nuestras vidas y no creo que sea conveniente si él pone el trabajo por encima de nuestra relación. No quiero ni imaginar cómo será en el futuro, pero lo amo de una manera muy profunda. Anoche fue horrible, intenté resolver las cosas, pero es imposible cuando el desacuerdo persiste. Odio que siempre quiera tener la razón y priorice su trabajo. Necesito que también se preocupe por nuestra relación".

—Así que te preocupa que una vez que te cases, él te deje de prestar atención y todo se trate solo de su trabajo —repito, intentando comprender mejor.

—Exactamente. Su atención hacia mí ha disminuido lentamente en todo este tiempo, así que estoy segura de que empeorará una vez que nos casemos. Hemos decidido tomar distancia por ahora, pero no está claro si esto significa el fin de nuestra relación. Quiero creer que esto es solo una mala racha que pasaremos juntos.

Suspira con pesar.

—Y si te digo que necesito hablar con él cuando las cosas estén más tranquilas, sin que ninguno de los dos esté alterado... ¿crees que eso podría ayudar? —sugiero.

—Lo sé, ya buscaremos la forma de hablar adecuadamente. Sé que es importante... Por ahora solo necesito un poco de tiempo para estar sola y reflexionar. Debo evitar que las cosas empeoren si nos volvemos a ver. Oye, muchas gracias por tus palabras y por estar aquí para mí.

—No hay de qué. Estoy aquí para escucharte y apoyarte. Si necesitas hablar con alguien para desahogarte, siempre puedes contar conmigo. Espero que todo se solucione entre Alexander y tú. Realmente los veo como una linda pareja, sería triste que se separen completamente. A veces solo es cuestión de tiempo, paciencia y comprensión. Permítele a las cosas calmarse y verás que todo se resolverá. Cuídate. Nos vemos... —y en ese momento recuerdo que también me despidieron de mi trabajo—. Por cierto, aún no te conté que me despidieron del trabajo.

La reacción de Sol no se hace esperar y suelta un grito a través del teléfono. Debería haber sabido que reaccionaría así, porque es su personalidad.

—Oh no, por favor dime que estás bromeando. No puedo creer que te hayan despedido, eso es imposible. Sé que te habían llamado la atención por llegar tarde, pero aún no habías acumulado las tres faltas. ¿Por qué estás jugando conmigo? —se queja.

—Al igual que tú, desearía que esto fuera una broma, pero te digo sinceramente que me despidieron y estoy segura de que Mara tuvo algo que ver. Mi jefe me llamó a su oficina y me hizo abrir mi mochila frente a él. Encontró ropa de la tienda allí y me acusó de ser una ladrona. Cuando intenté defenderme y le pedí que revisara las cámaras de seguridad, se negó. Es completamente injusto y todo apunta a que sabía que era inocente y aún así participó en esto... me parece tan extraño.

—¡Te lo dije! Mara y él tienen algo, no es descabellado pensar eso. Si ella tiene que ver con este despido, significa que también participó en todo. Son unos desgraciados, ambos lo son.

—Dios mío, voy a llamar y reclamarle por lo sucedido. Además, presentaré mi renuncia. No pienso seguir trabajando en un lugar donde pueden despedirme injustamente y correr el riesgo de que me acusen de algo que no hice.

Respiro profundamente.

Es demasiado injusto que todo esto esté sucediendo. No quiero que Sol renuncie a su trabajo por mi culpa.

—No, por favor. Esto es un asunto mío y no quiero que pierdas tu empleo. Aunque quieras ayudar, no quiero que te veas afectada también —le suplico.

Desde el otro lado de la línea, Sol suelta una risa forzada.

—Tengo dinero ahorrado para sobrevivir hasta que encuentre algo más. No te preocupes, de todos modos ya estaba pensando en renunciar. ¿Sabes qué? Que todo se quede así, el karma se encargará de darles a ambos lo que se merecen. No seguiré trabajando ahí.

Sus palabras me alivianan un poco, pero todavía no puedo evitar sentirme culpable por lo que está pasando.

—Es injusto que tengas que renunciar por este motivo. Aún así, entiendo tu decisión. Solo espero que encontremos una solución para ambos y podamos superar esto juntas.

Continuamos hablando durante un rato más, compartiendo nuestras preocupaciones y apoyándonos mutuamente. Al finalizar la llamada, siento una mezcla de tristeza y esperanza. Tristeza por todo lo que está sucediendo y esperanza de que podamos encontrar la forma de superar estas dificultades juntas.

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