Capítulo 20. Tranquilos esperando nuestra aniquilación.
Jacob.
El domingo desperté con mucha energía, incluso comencé a hacer un bailecito al dirigirme a la ducha.
El día prometía ser brillante, ya que mi beta había resuelto que fuéramos ese mismo día a la reunión con el Alfa de la manada del sur.
La manada Garras de Sangre era conocida por su próspero imperio de tecnología en el mundo humano; de hecho, casi toda nuestra seguridad en ese aspecto venía de nuestros tratos con esta manada.
El Alfa Armando era un lobo tranquilo próximo a retirarse para dejar al mando a su hijo pequeño, Adán. Es con él con quien nos veríamos a las doce del día en una zona neutral conocida como La llanura.
La llanura era una reserva natural en la que se permitían campistas humanos; nosotros teníamos nuestras propias cabañas para estas reuniones. La idea era que después de hablar de negocios nos quedaríamos para asar carne a la parrilla y beber cerveza. Luego cada quien a su manada y todos felices.
Normalmente teníamos una reunión cada mes, pero el mes pasado tuv