Al instante, la voz de Antonia resonó a través del teléfono: —A las diez, en el Café Sol y Luna. Tengo algo que decirte.
Sin esperar la respuesta de Daniela, colgó el teléfono.
Daniela guardó de inmediato su móvil con calma y continuó la conversación con Lucas: —Se trata de Elvira, la cuidadora de mi madre.
—De repente quiere regresar a casa, dice que tiene un asunto muy urgente que atender. Pero siento que algo no cuadra.
Lucas afirmó: —Entendido, me encargaré de investigar a fondo que sucede.
Daniela se sintió un poco avergonzada: —Perdona las molestias, Lucas.
Realmente no tenía otra opción. Aparte de Lucas, no conocía a nadie más que pudiera ayudarla con esto.
Lucas sonrió y no hizo más comentarios.
—¿Qué piensas hacer ahora? Ya tienes 12 semanas de embarazo, pronto será difícil ocultar tu estado.
Daniela se quedó en completo silencio: —Si no queda otra opción, me esconderé por un tiempo.
No estaba segura de la actitud de Sebastián. Si él seguía negándose a divorciarse, tendría que