~Cielo~
Torpes besos y caricias, piel contra piel, necesitando de más, ansiando más.
No puedo negar que mi lado posesivo y sobrenatural comienza a salir a flote. Nuestra inexperiencia se hace notar pero queremos ir más allá de las inexpertas y desesperadas ganas que nos tenemos, de los besos desenfrenados.
— Daniel, mi amor... —digo al estar al borde del abismo llamado deseo, al sentirlo desnudo sobre mi cuerpo tocando y besándome sin saber que más hacer— necesito...
— No quiero hacerte daño... Es que yo... Yo.. —esta temblando, lo callo con un beso, un beso que me corresponde con intensidad, hambre y ternura.
¡Mierda, me va a matar!
Su toque se vuelve precavido, ansioso, curioso, tocando y tocando igual que yo. Y acomodanse entre mis piernas abiertas se abre paso y comienza a adentrarse en mi interior.
Nuestras respiraciones desiguales, nuestras manos cuál pincel sobre un lienzo, trazan, marcan, experimentan creando sensaciones con cada lugar que tocan; nuestros cuerpos deseosos de un