Bajó la mano y me levantó la camisa que llevaba puesta. Su dedo recorrió mi ropa interior y me hizo estremecer. Ya estaba empapada antes de que me tocara, y sonrió al mirarme.
"Sí que me extrañaste, ¿eh?", preguntó con esa sonrisa suya que no veía desde hace tiempo.
Asentí con la cabeza, mordiéndome