Enzo me rodeó con sus brazos y me levantó mientras nos besábamos. Le rodeé con las piernas y sentí cómo me apretaba entre su cuerpo y la pared. Sus labios recorrieron mi mandíbula y bajaron por mi cuello, provocándome escalofríos.
Creía que no volvería a verlo y, sin embargo, aquí estaba. De algún m