“Puedes hacerlo, gatita. Tengo fe en ti”, dijo Kaleb mientras Boris se detenía en la entrada del Gran Salón Social de Braeton. Era el sitio para los exámenes y el mismo lugar donde Scarlett pasaría todo este día y el día siguiente.

“Y el hecho de que luces extra inspirada, definitivamente pasarás el examen”, agregó con un guiño.

Scarlett entrecerró sus ojos hacia él. ¿Cómo era posible que en el día de su examen todavía hicieran el amor esa mañana? Bueno, cuando despertó, Kaleb ya estaba entre sus muslos. Sus pantalones estaban abajo y también su ropa interior.

Con la forma en que él movió su lengua fervientemente contra su clítoris, inevitablemente ella tuvo un orgasmo y, por supuesto, terminaron haciendo el amor. Fue rápido y caliente. En el lado positivo, él tenía razón. No estaba tan inquieta como la otra noche. Supuso que tal vez tener una liberación temprano por la mañana la ayudó a sentirse tranquila.

Aún así, ella se burló de sus palabras y dijo: “Como sea, tigre”. Se inclin