Me toca ir en el mismo auto que Rafaelo, padre y Luciano van en el otro, honestamente no tengo cabeza para entablar más charla con él, así que le digo que me duele un poco la cabeza y lo deja estar, media hora después llegamos a una gran Mansión que deja corta a la de mi padre, con muchos más hombres resguardando el lugar, deja en vergüenza la seguridad que tenemos en casa.

Nos detenemos en la entrada mientras ellos se comunican con el dueño del lugar y parece que les dan la orden de dejarnos pasar, mi corazón va a mil, parece que se va a salir de mi pecho, lo toco delicadamente con mi dedos en un intento de mantener la calma solo que no lo consigo, tomo suaves respiraciones y mantengo mi rostro lo más sereno y confiado que puedo.

Ingresamos por un camino largo, no se aprecia mucho solo se ven árboles a los alrededores da la impresión de que el lugar está abandonado, pero no es así, puedes sentir que eres observado en todo momento, finalmente llegamos a la entrada de una inmensa casa,