—¡No te ofendas! Te considero mi mejor amiga. Pero no puedes confundir la sangre de la Familia Mendoza. Si Mateo es realmente hijo de Elena, no puedes, por interés personal, separar a madre e hijo.
Después de decir esto, se retiró de nuevo detrás de Carlos. Él, protegiéndola, la abrazó y le susurró