Ricardo, volviendo a sentarse, cogió un cojín con emoción y preguntó: —¡Vamos, cuéntame todo! ¿Se cree intocable porque tiene a Lisandro de su lado?
Marcus negó con la cabeza: —No, no es eso. Ni siquiera sabe quién es realmente Lisan-loco. Cree que es un piloto.
—¿Un piloto? —Ricardo soltó una carca