Ashley se enfocó en fingir que sería la esposa perfecta, compraba el desayuno para Michael y lo llevaba a su oficina, ordenaba a la servidumbre que lavara y planchara su ropa y se la llevaba a casa, por supuesto no haría nada de eso con sus propias manos, no sabía cómo y tampoco tenía intenciones de convertirse en una mujer del hogar.
Después de realizar su rutina con su prometido pasaba por la oficina de Justin antes de marcharse y tenían una sesión de sexo intenso por todos los rincones de ésta.
-Me encanta que me lo hagas, tú si sabes ser un hombre. No como el tonto de tu amigo.
-¿Qué pasará con nosotros cuándo te cases?
-Nada, no tiene por qué pasar nada. Seguiremos siendo amantes. Nada tiene por qué cambiar.
-Sólo hay un problema, tendremos que vernos en otro lugar o nos descubrirán, no es normal que vengas a encerrarte todos los días conmigo.
El idiota de Michael podría no notarlo pero sus perros falderos sí.
-Está bien, buscaré un lugar más apropiado para vernos y te enviaré l