Después de tomar un baño caliente y ponerse ropas cómodas la pareja bajó a la sala para desayunar, la mesa ya estaba servida, Michael se apresuró a acomodar la silla para su esposa y Sofía se sonrojó apenada ante la mirada atenta de la servidumbre.
(Qué vergüenza todos me miran, seguramente saben lo que hicimos hace un rato. Pensarán que soy una mujer fácil.)
Atento a la mirada complicada de Sofía, Michael se apresuró a preguntar:
-¿Qué sucede?
¿En qué piensas?
¿Te molesta algo?
Sí es así me gustaría saberlo, tal vez pueda ayudarte.
Luego la miró y acarició el dorso de su mano para hacerla sentir segura.
-No es nada, sólo me siento un poco cohibida, ya sabes por lo que dijiste...
-No recuerdo que fue lo que dije.
-Qué todos nos han escuchado, ya sabes, haciendo nuestras cosas.
Conmovido por el hermoso rostro ruborizado se acercó a Sofía y le besó la mejilla con suavidad.
-A ellos no les importa lo que oyeron, más allá del morbo por oír a una pareja haciendo el amor no hay nada más,