—No puedes dejarme… yo te amo —dijo la mujer con vehemencia.
—No Daniela, no hagas esto difícil, tú y yo estábamos claros, yo no te amo y no creo que nunca llegue amarte —por favor no te hagas esto.
—Esto Roberto… me lo vas a pagar… te lo juro —dijo la mujer en tono amenazante mientras salía despotr