Mundo ficciónIniciar sesiónLo observo un poco más, pero al no hacer nada más, decido ignorar el aviso de mi computadora y me sumerjo de nuevo en el trabajo que estábamos haciendo antes de la interrupción. Las seis de la tarde nos encuentran todavía tirados en el piso, trabajando en nuestras ideas.
—Ema, ya es hora de irme. ¡Robert no deja de llamarme! —me informa Joe.—Está bien, Joe. Nosotros nos vamos a quedar un poco más. Hasta mañana —le respondo. Joe se va, dejándonos a Robin y a mí solos, trabajando fervientemente en todo lo que tenemos delante. Nunca antes me había encontrado con alguien que amara tanto su trabajo como yo. Tanto que a veces se me olvida todo y tengo que poner una alarma para salir de mi mundo creativo. Robin es exactamente igual. Para completar el paquete, no solo es el hombre de mis sueños, sino que también le gusta y le a






