Llegamos a casa de los abuelos, como siempre lo hago bajo de la camioneta y camino hacia ellos, dejo un saludo de manos al abuelo y entro a la casa, no me fijé en quienes eran las invitadas de mi hermana, Josué me siguió detrás de mí seremos solo nosotros dos y mi hermana con sus amigas no caso nos hará.
—Que hermoso lugar, gracias por la invitación señor Montemayor —oigo decir una voz conocida que me hace voltear a ver y confirmar si es o no es.
—Estamos entre amigos y familia, así que solo dígame Santiago y gracias a ustedes por aceptar la invitación, verán que les va a encantar este lugar, —le responde papá y luego los presento con los abuelos.
—Gracias, también llámeme por mi nombre, Jorge, mucho gusto en conocerlos señores, su casa y todo es hermoso —le dice a mis abuelos quienes con una sonrisa los hace pasar.
—El gusto es de nosotros y estamos más que contentos con tener nuestra casa llena de risas, y tan agradables visitas, adelante están en su casa —les dice amablement