Al llegar a la casa, me entró una nostalgia, al recordarme de mi vida, de mi nana, de los trillizos cuando éramos adolescentes, me reí al recordar nuestra niñez, mientras caían unas cuantas lágrimas.
Sam:—¿Estas bien, mi amor?— la levantó levantó mis brazos y ella me acaricia mi cabello.
—Mi gatita— intervino Erik —Quiero mostrarte algo.
Alan:—Vamos, aprovechemos que los niños están con sus abuelos.
Celeste:—¿Está es mi antigua habitación?
—Si— dijo Alan —Por favor entra—
Al entrar vi ropa mía por todos lados, cartas regadas, la cama olía a mis compañeros. Se me hace un nudo en la garganta y respiro,
—¿Chicos ustedes dormían aquí?
Sam:—Mi bebé, vivíamos aquí— tomo unas cartas —Desde que te perdimos no salíamos de este habitación, aún queda ropa tuya—
Erik:—Recuerda que nos fuimos y todo quedo aquí, te extrañamos tanto, no pudimos arreglar la habitación antes de irnos, porque queríamos salir rápido para New York. Algo nos decía que fuéramos.
Alan:—Teníamos miedo de que tu aroma de fu