Capítulo 25. El hombre de la bata blanca (1ra parte)
- ¡Me alzó en brazos y corrió por entre la lluvia de rocas! ¡Es el príncipe de los cuentos de hadas!
La niña que había sido rescatada por Eber estaba contando su anécdota a sus padres, mientras le atendían la rodilla herida en el hospital.
El príncipe, por su parte, vigiló que cada niño estuviese junto a sus padres. También contactó con la reina para que fuera a buscarlo.
- Lamento todo esto – le dijo Eber a su esposa – había antenas en la cueva y uno de los bandidos nos lanzó una granada. Tuve que priorizar el rescate de los niños y dejarlos marchar.
- Lo importante es que estén a salvo – le dijo Panambi – iremos enseguida a buscarte. Ten paciencia.
El oficial a cargo de cuidar el pueblo se acercó a Eber para que éste diera su testimonio de los hechos. Cuando terminó, dio una mirada a la niña quien, en esos momentos, lo saludaba desde lejos con una sonrisa de entusiasmo.
- Creo que le gustas, Romeo – comentó el oficial al príncipe.
- Es muy joven para mí – respondió Eber, enco