- Jared -
- ¿No nos hemos visto antes? - me pregunta pensativo
- Mmm... No lo creo, yo soy mayor que tú - digo lo primero que pasa por mi mente
- ¿En serio, qué edad tienes? - interroga curioso
- 31 - respondo con nervios
- ¡Vaya!... ¿Y cómo es que eres universitario a esa edad? - insiste
¡Genial! ¿Y ahora qué le digo? Eso me pasa por ser tan apuesto, hasta a los hombres les es imposible olvidarme.
Cuando estoy por contestarle cualquier estupidez, una voz del otro lado de la puerta nos interrumpe.
- ¡Aquí se les paga por trabajar, no por andar de arguenderas! - logramos oír
De inmediato una sonrisa que me es difícil ocultar se plasma en mi rostro y es que hasta dormido podría reconocer esa voz. Es mi pequeña flor y por lo que escucho sigue de mal humor, pero no importa, yo me encargo de alegrarle el día.
- ¡A trabajar! - la escuchamos decir después de unos murmullos
En seguida la escuchamos tocar la puerta y antes de que su hermano hable, ella entra como toda una diva.
- Otra vez amen