¡Mirza arqueó sus cejas con sorpresa!, de inmediato volvió a su habitual seria y madura expresión.
—¿Enamorado de una loba? ¿Seguro? ¿Cómo llegó a esa conclusión?
Las preguntas de la dragona causaron molestia en Gael.
¡No era una m@ldita conclusión!
¡No se trataba de un plan en desarrollo!
¡Simplemente sucedió!
—Mirza. Hablas como si nunca te hubieras enamorado… —exhaló Gael, una sonrisita curvando sus labios. Masajeó su sien con su mano izquierda en señal de incomodidad—. Ella es hermosa, es fuerte, me ve como si fuera lo más valioso del mundo… —Gael hizo una pausa, su mirada violeta viendo fijamente el techo. Recordando esa madrugada y cómo hizo suya a Connie—. Es tan atrevida, coqueta y salvaje. Una pequeña curiosa que puede llegar a enfurecerse al punto de ser aterradora o llorar al punto de romper mi corazón… Ah… ¿Si esto no es amor, qué es, Mirza…?
¡Los ojos de Mirza se abrieron de par en par ante las palabras de su Rey dragón!
Nunca en su vida había vis