Alessandra estaba preocupada por su amiga, y también por la pequeña que dormía todavía en su cama. Había llorado toda la noche, pero no se lo había contado a Marisa para que no se sintiera peor… Ya tenía suficiente con lo que lidiar como para agregarle algo más a su lista de preocupaciones
Dejó de divagar cuando su teléfono comenzó a vibrar en la mesita de noche. No tuvo chance de ver quién era, así que solo contestó
— ¿Diga? —
— Buenos días, novia— sonrió como si lo tuviera frente a ella
— Buenos días novio—
— ¿Cómo ha ido todo por allí? ¿Gaby está mejor? —
— Estuvo llorando toda la noche… La pobre aún está rendida… Marisa y Jace vendrán en un rato, quiere hablar con ella—
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