— De verdad que no quiero ir Zack, sé que no puedo prolongarlo indefinidamente pero justo ahora te juro que no puedo enfrentarlo— murmuró contra la suavidad de su almohada
— No vine para obligarte a levantarte, mucho menos para forzarte a ir a un lugar en el que claramente no quieres estar hoy—
Levantó la cabeza, sorprendida
— ¿Ah no?—
— Has tenido unos días muy difíciles, creo que quedarte en casa y tener tiempo para reponerte te vendría bien, a veces está bien poder tomar una pausa. Además, hoy es Viernes... Podrás tomarte el fin de semana... Pero la denuncia es un hecho y eso no lo voy a discutir, hoy me reuniré con Marisa y con el abogado y la formalizaremos—
— Está bien— casi susurró. Zack se frotó las sienes, agotado — Lamento estar dándote tantos problemas—
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