A veces, son esos pequeños gestos y detalles los que permiten que las conexiones entre las personas se construyan y florezcan. La manera en que la chica se enderezó fue un recordatorio de que todos tenemos el poder de mostrarnos al mundo tal como somos, sin miedo a ser juzgados.
Si bien mi tiempo en el ascensor fue breve, ese encuentro despertó en mí una chispa de emoción y el deseo de explorar más allá de los límites de lo conocido. Nunca sabremos qué podría haber sucedido si el ascensor hubiera tardado un poco más en llegar a mi destino, pero estoy agradecido por ese instante robado en el que el mundo se volvió un poco más fascinante.
No podía engañarme a mí mismo.
Aunque no la conocía, sabía que ella despertaba mi curiosidad. Era un nuevo descubrimiento para mí, y deseaba, podía permitirme explorarlo.
...
—¡Adelante!— dijo el gerente señalando con un gesto hacia la puerta del ascensor.
Salí del ascensor y me detuve a un lado.
—Como mencionaste, todas las habitaciones han sido