Kailey
Estoy acostada en el interior del gran armario que compartí con Max, estoy hecha un ovillo sobre la alfombra. Lo que ha pasado hace un mes en el baño de un hotel de Las Vegas me persigue de noche, las pesadillas han cesado desde entonces y son reemplazadas por los sueños húmedos, a media noche me despierta con los restos de un orgasmo. ¿Cómo es eso posible? Me reincorporo y después se escucha mi móvil, miro la pantalla y es el número de Morgana.
— ¿Si?—lo primero que digo al contestar.
— ¿Estás lista? Llevo las cajas.
—Si. Bueno, creo que estoy lista. Sé que no podré hacerlo sin tu ayuda…—el nudo atraviesa mi garganta.
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