Capítulo 40. Lo que el cerebro ordena, lo que el corazón determina
Anabella escuchó esas palabras como si tuvieran eco, aquello fue toda una revelación, ¿realmente quería casarse?, volver a pasar por todo esto, fueron sus pensamientos inmediatos, pues sintió las hiperactivas ganas de gritar: ¡Nooo!
Ella reaccionó y en ese momento decidió que no podía casarse con John Campbell solo por la presión de Mark y su novia, no era justo para ninguno de los dos.
—Lizzie, tu papá tiene novia y se casará —exclamó Anabella para dirigir la atención lejos de ella, pero de inmediato se arrepintió.
«No debí decirlo así» se recriminó.
La niña abrió mucho los ojitos tan iguales a los de Mark, pero en estos había inocencia y en los de Mark había tristeza y resentimiento.
— ¿Cómo lo sabes?, él querrá llevarme con una malvada madrastra.
Anabella estaba de acuerdo con su hija en que era una malvada madrastra, pero estaba dispuesta a ir al infierno por no permitir que su padre se llevara a su niña que es su tesoro.
—Lizzie, tu papá tiene derecho a c