AMELIE.
Todos estaban reunidos en el jardín, mirando fijamente a una mujer con una enorme capucha burdeo oscuro. La única que estaba cerca de ella era mamá, la cual lucia asombrada y algo extrañada.
–¿Estas completamente segura? – le pregunto mamá, noto nuestra presencia.
–Siempre lo estoy, Genevieve. ¿piensas dudar de mi ahora?
–Sabes que no lo haría– mamá sonrió.
Me pare junto a papá.
–¿Qué ocurre? – le susurre.
Este respir