La pareja terminó retirándose en la típica camioneta Cadillac familiar, lugar en el que se sentaron juntos en la parte de los asientos traseros, mientras que dejaban que manejara el chofer de confianza, quien los llevaría a una locación especial para que pudieran comer el día de hoy.

En fin, al ya saber Evangelina que se encontraban completamente solos y con la privacidad al máximo, lejos de extraños, de la gente en general y fuera del alcance de alguno que otro paparazzi o medio televisivo, ella decide confrontar a su amado sobre el tema de la boda, el cual tenía picándole dentro de si, desde hace un buen tiempo, causándole una intensa curiosidad, la cual decide liberar diciendo con una voz seria y clara, mientras le tomaba la mano a Guillermo y lo veía a los ojos:

- Oye Guillermo, me tienes prácticamente comiendo las uñas por los nervios y la curiosidad… la verdad es que me gustaría saber más sobre la boda… no pudiste hablarme sobre ello antes y me terminé enterando de esta