River
—¿Blade? —repitió Ellie—. ¿Qué quieres decir?
River lamentaba interrumpir la agradable conversación que parecía que Ellie estaba manteniendo con su amiga Shelby en la cafetería, pero tenía que contarle lo que Allen había descubierto cuando estaba de patrulla.
—Así es. Allen lo vio a él y a varios de sus guerreros en el bosque que hay entre nuestras respectivas manadas —explicó River, frunciendo los labios y esperó a que ella asimilara aquello.
—¡Ese bastardo! —exclamó Shelby antes de que Ellie pudiera decir algo—. ¡Vamos a patearle el trasero!
Ellie miró a su amiga por un momento con una ceja levantada.
—Dinos cómo te sientes realmente, Shelby.
—Solo digo que deberíamos ir a por él ahora mismo antes de que pueda hacer daño a alguien más —declaró Shelby encogiéndose de hombros.
—Estoy de acuerdo —asintió Ellie—. Pero el problema es que aún no estamos todos organizados. Hay otras manadas que quieren ayudar. Tenemos que idear un plan para atraparlo entre todos y que