Capítulo50
Su piel era blanca y sus labios rojos y seductores, además, debido a lo que acababa de pasar, la ropa de Lucía estaba arrugada, pero eso no podía ocultar su gran figura.

Jorge admitió que en ese momento le costaba un poco pensar. Su respiración se aceleró al momento y su rostro se enrojeció al instante.

Tras notar el cambio en sí mismo, Jorge maldijo e inmediatamente bajó la ventanilla del coche para intentar refrescarse un poco con el aire frío.

Al sentir el frío, Lucía dio un respingo y abrazó a Jorge.

—Frío… hace mucho frío…

Jorge se sobresaltó ante el abrazo inesperado, pero inconscientemente la atrapó. En cuanto escuchó los murmullos de Lucía y vio su piel de gallina, volvió a subir la ventanilla.

Lucía, sin embargo, lo mantuvo cerca porque había encontrado una fuente de calor, y frotó su cabeza contra él. Su acción provocó de inmediato que todo el cuerpo de Jorge se congelara al instante, incluso su ceño se frunció cada vez con más fuerza.

—¡Conduce más rápido! —El tono de Jorge
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