Raven limpiaba las heridas de Stile dentro de la casa. El lobo tenía arañazos y mordidas en todo su cuerpo que se curarán fácil después de una buena noche de sueño y algunos que tomaría un poco de más tiempo. Había notado que el lobo estaba inusualmente tranquilo y no la miraba a la cara mientras hacia todo el proceso.
-¿Qué ocurre?- ella le preguntó queriendo saber. Stile no era un lobo que fuera tan silencioso y menos con ella. Lo conocía muy bien para saber que algo pasaba.
Aun así, Stile no le respondió. Raven notó esto y apretó la venda del brazo de él que estaba curando. El frunció el ceño y gruñó en consecuencia.
-Raven, demonios-
-Dime- ella exigió- ¿Qué estás ocultando?
Stile pareció renuente a responder y miró su mano que hasta el momento h