Josiah.
—Si, no creo que Dasha me quiera ver en su casa hoy—. Subo al auto y vamos al mismo bar de siempre.
Unos tragos después saqué mi móvil y llamé a Dasha, pero me mandaba directo al buzón, tal vez no quería hablar conmigo y de solo pensar en eso pedí una botella mi único pensar era que la iba perder.
—Voy por ella—. Dije arrastrando las palabras.
—Josiah espera a dónde vas—.
—Voy por mi mujer—. Salí del bar y subí a mi auto, no tenía una buena visión, pero quería estar con ella.
Conduje hasta su casa baje del auto no sé cómo pase las puertas, pero al darme cuenta ya estaba frente a su ventana.
—Dasha mi amor sal de ahí sé que estás ahí no puedes mandarme a la fregada por algo como eso—. Grité bajo su ventana. —Dasha amor te amo, eres mi vida mi todo si no sales me voy a quedar aquí—. Algo empezó a mojar mi cuerpo. —No me importa si me cae el diluvio encima aquí me voy a quedar—.
—Se puede saber qué haces aquí, y por qué te mojas vas a pescar un resfriado—. Sonrió al escuchar su v