Amhad salió de la habitación al sentir su teléfono sonar y frunció el ceño al ver el número privado.
— Me mentiste, lo hiciste— dijo el hombre con voz desgarrada y molesta, Amhad se congeló por un momento pero sabía que debía mantener la calma.
— No te mentí, lo hiciste tú solo cuando la abandonaste y esta fue su desición no mia— dijo—, yo te lo dije y tú respuesta fue que sabia que hacías. Veo que no te fue muy bien en ello.
—Voy a ir por ellas.
......
—¿Pasa algo?— preguntó ella mientras tenía a su pequeña entre sus brazos.
— No, todo está bien— la tranquilizó—, era del trabajo.
Amhad se acercó a ver a su pequeña sobrina.