Llena de impotencia, observo cómo las inmensas raíces se tragan por completo la casa, ahogando el fuego y dejando solo el humo como testigo de su paso.
De inmediato escuchamos un estruendo impactante, como si la tierra estuviese furiosa y gritara perdiendo el control y sin dar crédito a lo que sucede a nuestro alrededor, todos nos quedamos de pie, paralizados, observando como un inmenso tronco de un igualmente inmenso árbol crece frente a nosotros y en medio de las ruinas de la casa.
— ¿Qué diablos? — La voz de uno de los centinelas, expresa el asombro que todos estamos sintiendo en este momento. ¿Qué diablos ha pasado?