Eva.
–No deberías irte sola, no creo que sea prudente – dice Gigi a traves del teléfono.
–¿En serio? ¿Tú, Gigi Forester me estás hablando de prudencia? – me burlo de ella reteniendo el celular entre el hombro y la oreja.
–Es que no tienes experiencia, Eva, no es lo mismo que yo salga sola a quien sabe dónde a que lo hagas tu. Eres muy inocente para eso – murmura.
–Ya no soy la misma Eva de siempre – le recuerdo – las cosas han cambiado. Mi alma no es la misma – digo de forma dramática.
–Si, si como digas – suspira – por lo menos prométeme que vas a comer algo antes de irte y que no beberás.
–De acuerdo, mamá.
–Eva, una última cosa antes de que te vayas – ella hace una pausa y no sé porque presiento que lo que va a decirme a con