— ¡Señora, por favor…!
— ¡Señora tu abuela idiota!
La castaña paso su mano por entre los barrotes del portón y tomando de la corbata al hombre de seguridad, lo jalo hacia ella, provocando que golpeara su cabeza contra los hierros, y tomando las llaves del maldito portón.
— Espera ¿Qué haces? — la in