— Pero las reinas son siempre malas. — se quejó con un bello mohín en sus labios Pamela.
— Las reinas son fuertes, tú tienes que ser fuerte. — casi se lo exigió y Pam lo vio confusa.
— ¿Por qué? ¿Por qué debo ser fuerte?
— ¡Porque yo soy un dragón y te comeré! — grito el castaño de pronto y Pam sali