— Lo sé, pero yo sí puedo ser tu amiga ¿verdad? — Ian se tomó un segundo para ver el rostro regordete, recordando y comparando como eran sus primas, si bien eran pequeñas, ellas comprendían algo que al parecer Pam no comprendía.
— ¿Cómo serás mi amiga si yo no quiero serlo? ¿sabes cómo funciona la a