Duré ahí horas más que suficientes hasta que me agoté y cuando iba de camino a dormir, un llanto desgarrador me puso alerta por lo que corrí directamente a la habitación que habían dispuesto para Ulises. Fui tan rápida que llegué para ver cómo el niño se sacudía a gritos, a lágrima viva sobre la cama, así que fui directamente a abrazarlo y cuando despertó, sentí la sensación más mala y desgarradora del mundo, sentí que nunca había conocido algo malo hasta ese momento.
—Ya, cariño, ya… —le susurré con cariño en el idioma que manejaba.
—Quiero a mi mamita, quiero a mi mamá…
Sus peticiones me hicieron llorar de impotencia, entonces Alessio entró a la habitación, Gemma vio a escena con devastación