Yusuf por instinto abrazó a su hijos y se dió la espalda para protegerlos, pero cuando los disparos cesaron finalmente abrió los ojos y pudo para su horror ver lo que pasaba a su alrededor.

Estaban cubiertos de sangre y de pronto se encontró revisando a los niños y luego a él para ver si era de ellos, — Papá tengo miedo — , susurró Omer.

— Tranquilo, recuerdas las películas de superhéroes esto es así, debes ser valiente.

— ¿Nos podemos quitar la venda de los ojos? — , preguntó Kan.

— No, vamos a hacer una competencia, se van a abrazar y van a contar, quién resista más sin soltarse se gana un helado — , necesitaba comprobar la situación y el estado de su madre que yacía en el suelo.

— Yo voy a ganarte Omer cómo siempre, ya verás.

— Recuerden las reglas, ¿sí?

— Está bien papá.

Aquel lugar era un caos, parecía una guerra, habían heridos por todos lados, de parte de los secuestradores y de los que él había contratado para protegerlos.

La policía todavía no había llegado a pe