Me quedo viendo a Romeo fijamente ―¿Puedo ayudarte algo? ― Pregunto.
Él me sonríe de una manera suave me atrevo decir seductora, luego se sienta en mi sofá y me invita con la mano que me siente en el qué debería ir él. Cierro la puerta atrás de mí y voy hacia mi escritorio para dejar mis cosas, sacar mi bitácora y acercarme a él―¿Me permites? ― Le pido y él me ve.
―¿No puedo analizarte yo?
―No, este es mi lugar, así que… ― Y le señalo que &eacut