Berrocal le mostró a su futura esposa un campo de entrenamiento militar al aire libre. Notó o que lo que más llamó la atención de Lexie fue el saco de boxeo, la joven sonrió y él le preguntó si alguna vez había entrenado boxeo ella reconoció que no, sus abuelos eran más de artes marciales.
Berrocal le preguntó comentó que por su casa; unas cinco cuadras más había un gimnasio en el cual se practicaba defensa personal, karate, judo, taekwondo y boxeo, él les veía, pero su tío era el encargado del cuadrilátero y le llevaba a practicar.
Acomodó los guantes de Lexie a Lexie en la posición correcta.
—Siempre proteges tu rostro y cabeza. —Ella acomodó bien y él le enseñó los golpes básicos. Lexie era naturalmente buena descargándose y liberando su ira a golpes.
El entrenamiento que le gustaba realizar a Berrocal esa mañana no solo había estado lleno de energía sino de
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